En una publicación anterior de este blog, hablábamos de que el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) es el trastorno neurobiológico más frecuentemente diagnosticado en la infancia y de la existencia de algunos trastornos y causas físicas, que pueden acompañarlo o incluso, confundirse con él; también hablábamos de la importancia de hacer una evaluación completa y profesional, que aportara los datos suficientes para hacer un correcto diagnóstico del trastorno. Bien ¿Y ahora?, ¿Qué pasa después?, ¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos diagnosticados con TDAH?
Lo primero, es afrontar la situación, no es fácil enterarnos y mucho menos aceptar, que nuestros hijos tiene un problema, podemos reaccionar con negación, enojo, culpa, miedo e incluso, desilusión y si no reconocemos estos sentimientos y los dirigimos de una manera positiva, en la búsqueda de información, que nos permita comprender mejor a nuestros hijos diagnosticados con TDAH, podemos terminar desencadenando conductas ansiosas o agresivas, que en vez de beneficiarlo, terminen perjudicándole más.
Recordemos que los niños diagnosticados con TDAH, son despistados, desordenados, olvidadizos, niños que suelen extraviar sus cosas, tienen dificultad para realizar sus tareas diarias y tienden a aburrirse más fácilmente que los demás, por lo que necesitan actividades muy estimulantes. También suelen sentir altos niveles de frustración, pues aunque tienen las mismas capacidades que los otros niños, necesitan mayor tiempo para realizar sus tareas y eso les resta tiempo para jugar y disfrutar. Son niños que suelen reaccionar con enojo, ante actividades que les resultan difíciles de realizar, niños que a pesar de sus esfuerzos, sienten que no alcanzan a cumplir con las expectativas, por lo que tienden a tener una baja autoestima.
Es importante, que ambos padres se involucren en la tarea de ayudar a sus hijos, nadie mejor que ustedes para conocerlos, para saber qué es lo que los hace especiales y decírselos; utilice mensajes positivos, si sus cosas están fuera de su lugar, no le diga “eres un desordenado”, mejor “tus cosas están desordenadas por ahora”; crea en ellos, dele responsabilidades de acuerdo a su edad y crea que puede hacerlas, si usted cree en ellos, se sentirá capaces. Motívelos a aprender, deles mayor importancia al esfuerzo que a la calificación, al final, estas no son más que números y la autoestima de ellos cuenta más. Ayúdelos a formar hábitos de estudio, regule tiempos de trabajo y descanso, mantenga comunicación constante con sus profesores, trate de involucrarlos también en el proceso de ayuda que necesitan sus hijos. Ayúdelos a mejorar en sus habilidades sociales y recuerde, que usted es el mejor ejemplo para sus hijos, si usted cree en ellos, será más fácil que puedan enfrentarse al trastorno y sobrellevarlo.