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Usualmente cuando pensamos en un buen desarrollo para nuestros hijos, nos enfocamos en proveer una educación de calidad, nos aseguramos que tengan chequeos médicos regulares, una alimentación balanceada, que disfruten de actividades recreativas y hacemos todo lo que está a nuestro alcance para satisfacer todas las necesidades que ellos puedan tener.

Sin embargo, más allá de estas necesidades, para que los niños tengan un buen desarrollo y lleguen a ser adultos sanos y productivos necesitan más que una buena alimentación o una buena educación. Existirán a lo largo de la vida situaciones que provoquen estrés en ellos y que prueben su capacidad para salir adelante. ¿Qué estamos haciendo como padres para fortalecer a nuestros hijos y ayudarlos a que puedan sobrellevar estas situaciones difíciles?

Los factores protectores psicosociales están relacionados con las condiciones o entornos favorecedores del desarrollo de los niños y la reducción de los efectos que puedan provocar situaciones desfavorables, estos pueden ser factores contextuales como el apoyo, cuidado afectivo, participación en el ámbito familiar, escolar y comunitario entre otros.

Entre los factores protectores psicosociales se encuentran los factores protectores personales, estos son intrínsecos de cada persona y amortiguan el impacto de los estresores. Los factores protectores personales que deberíamos estar fortaleciendo en los niños son:

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