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Debido a que muchas personas utilizan ambas palabras como términos intercambiables, existe una confusión sobre lo que se debe de buscar para niños que están teniendo dificultades en el ámbito escolar. A continuación le presentamos información que le ayudará a hacer una buena elección con respecto a lo que su hijo necesita para lograr el éxito académico.

Descripción

Tutoría: Se utiliza cuando un niño no rinde de forma esperada dentro del salón de clase pero con ayuda extra externa a corto y mediano plazo, puede salir adelante. Tiene como función explicar o enriquecer un tema, aprender estrategias para solucionar problemas, realizar tareas o repasar contenidos.

Terapia: La terapia es un conjunto de estrategias y metodologías que tienen base en una filosofía o fundamento teórico.Se aplican cuando un niño con dificultades en una o más áreas, (como lectura, escritura, atención, memoria, funciones ejecutivas, lenguaje, motricidad u otra dificultad en el aprendizaje), necesita ayuda para mejorar desempeño y habilidades en ciertas áreas específicas. La terapia tiene como fin  fortalecer habilidades, funciones y bases cognitivas, al igual que poder comprender y aplicar lo que ve en el salón de clase, pero no necesariamente se ven contenidos académicos.

Quién la imparte

Por lo general tanto para tutorías como para terapias se requiere de un nivel considerable de paciencia, alto nivel de tolerancia a la frustración, uso adecuado del tiempo, y profundidad de conocimiento de la materia con la que se trabaja.

Tutoría: Puede ser impartida por un maestro, un estudiante universitario, un aficionado al tema, un padre, o un hermano mayor. Por lo general trabaja con las estrategias, herramientas y el conocimiento dados en el salón de clase. Se aplica cuando el niño tiene un rendimiento escolar bajo, cuando necesita ayuda en temas específicos o cuando ha fallado en alcanzar la nota deseada en un examen.

Terapia: Por lo genera es aplicada por un profesional que haya estudiado 5 años o más una profesión a nivel universitario y se especialice en un área del comportamiento humano o la cognición. Puede ser un Terapeuta de Lenguaje, Psicólogo, Psicopedagogo, Terapeuta Ocupacional, o Neuropsicólogo. Usualmente debe aportar a sus intervenciones varias estrategias y herramientas para auxiliar el aprendizaje del niño con el que trabaja. Se programa según una evaluación psicopedagógica llevada a cabo a través de pruebas estandarizadas que demuestre las fortalezas y debilidades del niño comparado a una muestra de niños de su misma edad y grado, y características socioculturales similares.

Beneficios

En ambas, al no ser el padre el que tiene que enfrentar la dificultad del niño a diario ya no existe el desgaste y enojo creado por la frustración de lidiar con las tareas dentro de la casa. También devuelve a la familia tiempo para pasar juntos en actividades e intereses y no ocupar el tiempo en el estudio.

Tutoría: Es una solución a corto plazo, ocupa un área de contenido académico problemático específico y por ello puede ser de bajo costo. No se requiere de equipo y materiales especializados y por lo general puede hacerse en el colegio, en la casa o en un lugar determinado adecuado y a conveniencia tanto para los padres del niño como del tutor.

Terapia: Es una solución a largo plazo. Hace modificaciones a nivel cognitivo. Debido a la plasticidad cerebral, al hacer avances en un área de dificultad se logra muchas veces hacer avances en áreas que estén conectadas o aledañas en el cerebro. Al lograr resultados, su impacto positivo se prolonga a través del tiempo y sirve como base para otros aprendizajes más complejos. Para niños que han perdido su motivación, debido a que se debe crear una relación entre terapeuta y paciente, les permite encontrar un lugar seguro para cometer errores y practicar habilidades, y esto aumenta su autoestima. También, al ser personalizada, se limita a encontrar las estrategias que funcionan para un individuo en específico.

Problemas 

Tutoría: Cuando un niño tiene un problema persistente en una o más áreas académicas al pasar tiempo en tutorías y no ver los resultados esperados, tanto el niño como el adulto tienden a frustrarse. El niño usualmente pierde motivación interna, ya no hay gratificación ni orgullo en el estudio, disminuye el autoestima, y debido a que se crea una dependencia tienden a pensar que alguien más debe ser responsable por su desempeño, actitud y sus materiales. En ocasiones incluso llegan a pensar que las cosas pueden arreglarse rápidamente con dinero. Mientras más tiempo pase esto, mayor es el riesgo a que el niño piense que el éxito no es debido a él mismo sino a factores externos. Por parte del padre, especialmente si la madre es la que lleva acabo la tutoría, empiezan a existir roces que van aumentando con el tiempo y poco a poco se van convirtiendo en el centro de la actividad familiar, lo cual hace que el ambiente sea muy cargado de negatividad.

Terapia: Existe la probabilidad de agotar al niño (burnout) debido a la intensidad con la que se trabaja y/o el período de duración de la terapia en el caso de que sea largo. También existe la posibilidad que una estrategia que se utilizó durante un tiempo pierda su aplicabilidad y que el niño se estanque en su crecimiento. En ocasiones, cuando la terapia se prolonga por mucho tiempo, tanto el paciente como el padre pueden crear una dependencia en el terapeuta. Que el niño crea que lo que ocurre dentro del salón de clase únicamente continuará pasando si sigue asistiendo a la terapia, y por ello si no asiste, no existen mejoras. Existen investigaciones que prueban que una terapia no se puede aplicar en un espacio donde el niño tenga dominio o poder, ya que al entrar en su territorio él va a ser el que tenga el dominio y la autoridad dentro de la sesión, y por lo general, al ser de carácter directivo, las terapias deben de ser guiadas por el terapeuta. Es por ello que es una mejor idea que el niño asista a sus sesiones de terapia donde señale el terapeuta y no en casa o en clase.

Contraindicaciones

Tutoría: Que la terapia se extienda por largos períodos de tiempo. Es mejor en estos casos llevar acabo una evaluación y sopesar si una terapia no es mejor opción.

Terapia: La inconsistencia en la terapia crea regresiones, por lo que requiere un apego absoluto por períodos largos de tiempo. Si no se cuenta con el recurso económico, o con una la resolución absoluta al apego al tratamiento o la especificación de la dosificación que es indicada por el especialista, es mejor no empezar. No es necesario llevar un proceso terapéutico si la dificultad es pequeña o transitoria, en este caso es mejor hacer una tutoría.

Ambas técnicas ayuda a los niños a llegar a nivel de grado, y a demostrar su potencial, aunque en distinta cantidad de tiempo. Dependiendo de la necesidad del niño cada una tiene su aplicación, fortalezas y desventajas. Si usted aún está teniendo dificultad y requiere asistencia para llegar a una conclusión sobre este o cualquier otro tema relativo al área educativa o de desarrollo, deseamos que se sienta en confianza y permita a nuestro equipo ayudarle a tomar esta valiosa decisión.

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