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Muchas veces caemos en la ilusión que lo que nos está pasando es único y no una serie de eventos que nos ha llevado hasta este punto en especial. En este artículo hablaremos sobre los diferentes ciclos de la vida y por qué es bueno saber sobre ellos.
Vale la pena tomar papel ly lápiz y considerar aquellos ciclos que nos traen frutos y felicidad, y aquellos dolorosos que necesitamos cerrar lo más pronto posible, para recuperar la atención y energía que éstos nos roban sin darnos cuenta.


El ciclo ancestral:

Este ciclo trata sobre aquellas cosas que ocurren de generación en generación. Puede que sea una generación con mucho dinero, que desperdicia, que vive en lujo, que pierde entusiasmo y por ende motivación para salir adelante. La próxima parte del ciclo es sobre los hijos de aquellas personas, que aunque viven cómodas, no conocen el esfuerzo de salir adelante, y por ende, no lo heredan a la tercera generación, que termina siendo aquella que trabaja mucho más duro, se esfuerza, crea, y genera riqueza para continuar el ciclo de riqueza—pobreza—riqueza.
Otro ejemplo es aquel de la expresión genética de una generación a otra, donde los nietos se ven iguales que sus abuelos. Este es un ciclo increíblemente poderoso, y para salir de él, tenemos que redefinirnos y crear nuevos caminos, estrategias y costumbres para no recaer en este patrón. El sanar de un ciclo ancestral puede tardar toda una vida, pero para «la maldición» y evita que esta pase a la siguiente generación.

El ciclo de una generación:

Este es un ciclo del nacimiento a la muerte de un individuo. Hay varias etapas que cada persona pasa durante su vida: de la infancia a la niñez, a la adolescencia, a la adultez y por último la vejez. En cada una de estas etapas hay un principio, una etapa media y una final. Y nuestros cuerpos se van adaptando a nivel hormonal, físico e incluso espiritual a estas etapas. En cada una de ellas es necesario aceptar el cambio para seguir a la próxima parte.

Un ejemplo de este ciclo es el conseguir trabajo. Puede que una persona después de salir de la escuela o universidad, busque un trabajo y luego a los 5 años tenga que pasar por el mismo ciclo, pero con la experiencia y sabiduría ganada en esos años, decida conseguir un empleo en otra posición o completamente otra profesión.

La primera vez que uno es confrontado con el rechazo de un puesto o un primer desamor puede ser devastador. Pero de todo se puede aprender una lección. La próxima vez, uno tiene los recursos, las estrategias y opciones aprendidas.


El ciclo anual:

Entrando aún más en detalle, podemos ver que en especial, en los países donde hay cuatro estaciones, las necesidades alimenticias cambian, hay partes del año donde parecemos estar más atentos o más cansados, y partes donde podemos desempeñar tareas mejor que otras. Las cuatro estaciones nos recuerdan que hay un despertar, una etapa donde hay crecimiento, otra donde nos preparamos y dejamos ir todo lo que no se necesita, para entrar en nosotros mismos y descansar antes de comenzar el próximo ciclo.
En estos ciclos más cortos, es una buena idea evaluar qué nuevas experiencias uno quiere incluir, y cuales no valen la pena perpetuar. Tener un plan de acción y limpiar el camino para nuevas experiencias es extremadamente gratificante!

Imagínese comenzar el año después de haber reorganizado su hogar, o guardado los adornos de navidad que le saludan desde la esquina del cuarto, o tirado toda la basura acumulada en las alacenas. Ese es un muy buen cierre de un ciclo anual.



El ciclo mens(tr)ual:

Las mujeres pasamos por un ciclo muy relacionado con la luna y dependiendo de dónde estemos con relación a nuestro ciclo, nos será más fácil poner atención, mantener una dieta, bajar de peso, aguantar estrés, etc. Nuestros ciclos hormonales también son responsables de hacer que tengamos cambios físicos como mejor visión y mejor habilidad de desempeñarnos en deportes. En el caso de los hombres, sin embargo, este ciclo es más tenue, aunque si podemos observar varias características que cambian durante el ciclo de un mes, como mejor sueño y fases de mayor habilidad corporal.
Tener compasión con uno mismo en esas etapas de baja energía es clave para tener una mejor relación con nuestra mente, cuerpo y espíritu. Igualmente, hacer provecho de las etapas de alta energía nos pueden dar un avance en cualquer meta que nos propongamos.

El ciclo diario:

Podemos ver que durante un día hay tres comidas (idealmente), una etapa de sueño, una de concentración, una de relajación, etc. Durante este ciclo, los órganos se activan y relajan gracias a las hormonas que producimos.
De hecho, de acuerdo con la medicina tradicional china, hay un período de dos horas, donde ciertos órganos o sistemas están más activos que otros, y si planificamos nuestras horas de sueño, comida, trabajo, podemos tener salud óptima, mejores relaciones, y desempeñar mejor en el trabajo.

Por qué es importante estudiar mis ciclos?

A nivel celular, toda esta información permanece guardada por generaciones. Podemos ver que cierta resistencia a algunos alérgenos o viruses nos han sido heredados gracias a las vivencias de nuestros ancestros. A nivel generacional, podemos ver que hay propensidad a ciertas enfermedades también (como ciertos tipos de cáncer, por ejemplo). A nivel de nuestra vida, podemos estudiar que algunas vivencias de la infancia o adolescencia nos siguen por el resto de nuestras vidas, si estos ciclos no son estudiados y aclarados, volvemos a caer en la próxima etapa de nuestras vidas en estos círculos viciosos negativos. Nuevamente, estas vivencias las heredamos a nuestros hijos.

La única manera de realmente influir en nuestra salud es el llevar ciclos que apoyen nuestro propio crecimiento, salud, bienestar físico, psicológico y espiritual, el crear estrategias para el uso diario que funcionen con nosotros y podamos enseñar fácilmente por medio del ejemplo a nuestros hijos (como la alimentación correcta y variada dependiendo del ciclo).

También es importante cerrar los ciclos generacionales para que podamos sanar como comunidad y crear nuevos círculos sanos con nuestras familias y con nuestro ambiente, y así evitar heredar las consecuencias a nuestros hijos.

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